Comida rápida se transforma en mi sitio para vomitar mis mejores y peores tropezones, los que me ayudan a aprender y ver las cosas con claridad y por otro lado de manera subjetiva, ya que la obsesión por la objetividad es un cancer portador de la mediocridad y el mediotintismo.
De modo que a partir de hoy empezaré a contar mis andanzas, alegrías y desesperanzas.
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